12 de diciembre de 2006

Querido diario: ¡Qué puta es la vida! [Día 8]

Me gustaría que el tiempo se hubiese detenido el viernes, no saber la realidad porque vivo mejor sin saber la verdad.
No sabría empezar y ni siquiera sé como terminar, profundo el miedo al que me enfrento desde hace tan solo veinticuatro horas. Pánico a la oscuridad infinita mientras sudo al pensar que te me escapas de entre las manos.
Volaba, volaba y lo hacía contigo. Sólo contigo consigo sentirme tan especial mamá, tan sólo con una conversación, con una sonrisa, es increíble pero a veces querría seguir así siempre, volando junto a ti...pero es esa herida, esos pensamientos y esas frustraciones las que me devuelven a la fría realidad, que me empuja a poner los pies en la tierra.
Tengo también en la mente la imagen de ese amor frustrado que es como la gravedad, el "hombre gravedad” y aunque sé que sólo si quiero, puedo...No tengo esperanzas de poder, y vuelvo a tenerte miedo, y siento la gravedad sobre mí haciéndome ver la vida de una manera distinta...química dicen, o destino....nunca estamos solos, siempre están los amigos y alguien especial...una luz y sé mamá que esa luz eres tú.

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