3 de diciembre de 2006

Querido Diario: ¿De qué me vale pensar tanto? [Día 2]

Pienso demasiado, o al menos a mí me pasa a menudo pero, ¿de qué me ve pensar tanto? Analizo a esas personas que me rodean hasta la saciedad, buscando sus defectos y sus “peros" creando listas de pros y contras.
Quizás es ley de vida, parte de la incertidumbre que me creo por no confiar o por hacerlo demasiado...
A menudo trato de adivinar que opinan esas personas de mí o de mi mundo y trato de crearles un juicio justo, a su medida.
Pero a la vez vivo en el filo del precipicio intentando el no ser juzgada por ese extraño sentimiento que hoy me quita el sueño, aunque yo sé que significa y quizás ellos no y al contrario, quizás no pueda adivinar cuál es el que aturde sus pensamientos.
Pero se me hace inevitable no suponer cual será o querer saber que es lo que se siente respecto a mí.
Meses de incertidumbre, de no saber si voy demasiado deprisa o si voy contigo de la mano en esta incertidumbre que se mete hasta en mis sueños.
Preguntas que se convierten en ruegos a voces en las que se incumben hasta los más osados, quizás no soy adivina, pero contigo la confusión está en el aire...
A veces incluso me atrevo a asegurar que lo que siento es mutuo y mágico, cómo en los cuentos de hadas en los que me gusta vivir, pero... cuando llego a la cruda realidad, incluso cuando la mierda me llega a las orejas y no puedo ver más allá, cuando pienso que si las cosas iban mal, ahora van peor... me doy cuenta de que sigue ahí, mi incertidumbre.

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