Siempre nos acompañan las temidas y odiadas obsesiones en distintas escalas, dentro de las relaciones amorosas son impresionantes. Aparece él y siempre me sabe a poco, hay días en los que la mañana me despierta con locura y creo estar a punto de manicomio, las horas son todas suyas, juego a lo idealizado y quizás no es tan fantástico como soñé.
En toda relación la mejor directriz que se nos pauta es la ilusión, pero ¿será que no debemos esperar nada?¿nada del destino?
Siendo así, sin expectativas, la desilusión no llegará en los días de octubre que llueve detrás de las ventanas cuando el autobús recorre el camino hacia el destino. Preguntas sobre qué hacer contra lo que tengo destinado.
Soy de esas personas que creen que el destino tiene un principio y un final pactado pero que cada acto e intermedio debe ser creado por los momentos que nos disponemos a vivir. Incluso si me borraran la memoria, aun así creo que volvería a ser la mismo que algún día fuí.
Teorías arcaicas en las que se basa un corazón resfriado que no encuentra calor en los sentimientos, no se pueden borrar y pase lo que pase, si estaba destinada a amar a alguien, lo haría ahora o en diez años mas...
Intento inventar en mis días como borrar el amor; los errores, sin querer considerarlos experiencias de mi vida...
A pesar de todo, los nuevos días grises de octubre me hago saber que sin los errores no sería lo que ahora soy.
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