Las verdades de la vida aparecen con el día a día. Instantes que pensamos que no quedarán grabados en nuestras memorias.
He querido desnudar mi ausencia en tu soledad, después de haber reconstruido los pilares que ayer habían caído.
Son días de lluvias continuas, que observo incrédula en pleno mes de agosto. Estos días de continuo ajetreo de ir y venir pero sobre todo de encontrar un sitio en el que esconderme de una vorágine de sentimientos que me ha llevado a no separarme de tu lado hasta hoy. Detrás del calendario caen los días y ha pasado un año ya.
He jugado muchas veces con la locura, algunas con la sensatez dejando aparcado tras el silencio al recuerdo.
Creo que hoy se cierra una etapa pasada y se abre un camino nuevo hacia la incertidumbre; tristeza y felicidad, todo llegó a su fin y pienso como hubiera sido la vida al lado de esa persona y en el fondo sé que nunca habríamos terminado la cosecha de la temporada...
En fin, ahora me doy cuenta de que todo termina alguna vez y lo que me espera es algo mejor.Y después de experiencias cómo las que voy a vivir en esta nueva etapa te planteas que la vida sigue y que las respuestas de todo lo que me concierne se encuentran en el fondo de un asunto que aún estoy por descubrir, solo tengo que aprender a descifrarlas...
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