El tiempo vuela. El tiempo no espera a nadie, mucho menos a mi. El tiempo cura todas las heridas y cada vez estoy más convencida de esta gran verdad. Y todo lo que queremos cualquiera de nosotros es más tiempo, tiempo para levantarse, tiempo para crecer, tiempo para dejar ir. Tiempo.
Podemos intentar dejar ir el pasado... pero con el tiempo siempre vuelve. Lo esperado es solo el principio. Lo inesperado es lo que nos cambia la vida. Así ha sido este año, el año de lo inesperado, el año en el que acepté que el sueño se había convertido en pesadilla, que por más que intentase borrarlo seguía en mi mente cada noche.
Nos repetimos que la realidad es mejor, nos convencemos de que es mejor no soñar jamás. Pero los más fuertes de nosotros, los más determinantes, nos agarramos a nuestro sueño, o nos encontramos a nosotros mismos enfrentados a un nuevo sueño que nunca habíamos considerado. Nos despertamos para encontrarnos a nosotros mismos, contra todo pronóstico, llenos de esperanza. Y, si tenemos suerte, nos damos cuenta que frente a todo, frente a la vida, el verdadero sueño es ser capáz de soñar.
A veces me pregunto, quién decide cuando lo viejo termina y empieza lo nuevo. No es un día específico del calendario, al menos en mi caso; ni un cumpleaños, ni un año nuevo... es un hecho, grande o pequeño, que nos cambia. Que nos da fuerza. Una nueva forma de vivir y de ver el mundo, dejando a un lado viejos habitos, memorias. Lo importante es que nunca dejemos de creer que podemos volver a empezar, pero también es importante recordar que, dejando a un lado toda la mierda, hay ciertas cosas que merecen la pena mantener.
Muchas veces hasta las mejores personas toman decisiones precipitadas: malas decisiones, decisiones de las que somos conscientes de que nos arrepentiremos a la mañana siguiente; bueno, tal vez no del todo, porque por lo menos nos hemos lanzado, pero aún así, algo en nuestro interior nos anima a hacer una locura que sabemos que se dará la vuelta y nos morderá el culo, pero la hacemos de todos modos.
Quizá tambien este ha sido el año de las decisiones que equivocadas o no me han traido hasta este punto, ya no hay que replantear nada, todas las cartas están sobre la mesa, esperando que el reloj de arena de comienzo a la partida, se descubran y me muestren si estaba equivocada o no.
Entonces un día te despiertas y te das cuenta de que se acaba un año, lleno de buenos frutos que recoger; con semillas nuevas que plantar para el año que se presenta.
Este fin de año, balance positivo.
Always, protección ☀️
Hace 1 día