31 de julio de 2007

Querido Diario: En la orilla...[Día 52]

En la arena que recubre esta orilla me perdí buscando las respuestas mas estúpidas para las preguntas menos apropiadas.
El azul de este cielo dispuso ante estos ojos las razones de seguir caminando a pesar del gris que se acercaba por el levante.
Y tiempos desde ayer hasta el hoy en día, nuestros planes juntos mejoran, engordan y culminan.
Ahora me vuelvo a hacer esas preguntas, buscando aquellas sórdidas respuestas bajo lunas rotas que crecen a media noche, después de algun furtivo beso.

Hoy jugando en la orilla de esta playa he encontrado las respuestas, que la paciencia me ha cogido por sorpresa y me hace sonreir cada día que al abrir el correo encuentro palabras tuyas.
Aclarándome la voz quizá deba reconocer que el colíbrí que aquel corazón apasionado dejó escapar anoche, ahora me llena el pecho y ahoga mi estómago cada vez que escucho tu voz.

27 de julio de 2007

Querido Diario: Para tí tengo toda la vida... [Día 51]

Aqui estoy redescubriendo el día que pueda ser hoy,
hoy no es ayer y tampoco mañana,
hoy es el día de hoy, la noche de las sonrisas que se vuelven a dibujar en cualquier intercambio de miradas, la luz que baña tus ojos y el mar que aletea alrededor de esa vieja bombilla a punto de fundir.
La sombra que provoca tu silencio está acompañada de esta luna casi polar, el frio que te acompaña se condensa cuando te acercas demasiado a mí.Hoy quise colgarme del telefono y no anhelar más tu voz, parecer lejana y mostrarte que quizá pueda ser yo la que te acompañe los días en los que el camino se ponga en cuesta, los días sin descanso celestial.
Y es que tengo un camino, una razón guardada para tí aunque no quieras verlo y entender.
Pero ahora es momento de que uses el pincel que te presté y pintes cada día que nos una sonrisas en mis labios, vistas de colores mi piel y borres cualquier marca de tristeza que oscurezca los verdes ojos que ayer empezaste a dibujarme.

23 de julio de 2007

Querido Diario: ¿Qué día es hoy? [Día 50]

El día se ha levantado pidiendo a gritos un poco de calor y mientras yo me pregunto el día que puede ser hoy:
Será quizá el día en que tus circuitos dejaron de adorarme, el día que te perdí entre los cojínes de aquel sofá (al sur del sur). Puede ser el día que me regalaste un otro diario comenzado y no acabado...Pero me embarga la tristeza y solo puedo recordar tus ojos, penetrando lo míos al compás de cualquier canción de Chaouen y no me canso...
Puede que sea entonces el día de los sueños amontonados en la almohada o incluso de las promesas sin cumplir, el día de los te quieros perdidos en la red y de las miradas que nunca tuvimos. Pero nunca supe distinguir entre besos y raices.
Reflexiono, pienso...quizá es el día en que me dijiste que me amabas, que se había acabado y la luna saldría esa noche solo para mí, el día en que mi maleta indecisa no sabía si volver o quedarse junto a ti para toda la vida...
Pero creo que tampoco es ese día hoy, no hoy por ti no lucharía.
Seguramente hoy es el día en que después de seis meses te lanzas al vacío, pruebas conmigo este juego, ignorar el día en que vivimos para ser más felices. Creo que hoy es el día en que me acompañas por la orilla de estas emociones que andan con la marea baja, el día en que ondea la bandera amarilla.
Puede que hoy sea ese día y quizá haya obviado el roce de tus labios secos y tu boca de sed justo en la comisura de los mios y puede, solo puede que yo lo haya notado y tu mirada haya hecho esquivo el día que sea hoy, perdiendome entre los días que bailan en este calendario, puede que del mes de mayo...

19 de julio de 2007

Querido Diario: Al sur [Día 49]

Los días pasan sin más y mientras el corazón se calienta bajo este sol justiciero al sur del sur, observo las horas del reloj y no pasan de las dos de la madrugada.
Te espero en cada rincón de esta vieja playa que un día bañó nuestros pies.
He planeado mil viajes junto a ti, pensamientos unísonos detras de cada farolillo de este último domingo al sur del sur.
Y es que me he dado cuenta de que me quiero perder, siempre contigo.Despues de dos años desde ese primer verano, nuestro primer verano del amor, como siempre, al sur del sur.
Y ahora en este final de andadura es cuando más me acuerdo de ti, cuando más pienso en ti y pongo sobre la mesa todas las cartas que aquel verano empezamos a jugar, las canciones que sonaron tras nuestros pasos y todas las buenas cosas que a partir de ahora vendrán.

1 de julio de 2007

Diario de un payaso de hospital


Otra vez camino del hospital, como cada lunes o jueves, con una buena carga de recursos humorísticos para los niños hospitalizados. La última vez nos encontramos con un caso de esos que no sabes por dónde empezar. Un niño con una operación en el cerebro por un tumor canceroso que le ha propiciado una fuerte deficiencia psíquica; de bajísima extracción social; abandonado por los padres en el hospital a su suerte; atado de pies y manos a la cama para que no se arranque los vendajes que lleva por todo su cuerpo exánime; con un sonido gutural lastimero que no cesa (¡es sordo y ciego, nos dice una enfermera, no os molestéis porque no se entera de nada!). Tiene once años.
¿Qué hacemos?
Se nos ocurre acariciar su piel lechosa al tiempo que hacemos sonar unas notas de armónica y para nuestra sorpresa el niño cesa en sus gemidos, ha captado que no somos enfermeras, ni médicos, ni nadie de los habituales del hospital.
Está esperando.
Seguimos tocándole un brazo y ascendiendo hacia la cara con cada nota de la armónica. Parece gustarle Llegamos hasta su oreja y al tiempo que se la apretamos hacemos una pedorreta con la boca.
¡El niño estalla en carcajadas!
¿Así que no se enteraba de nada?. Habíamos conectado. A partir de aquél momento el niño captaba cada vez que entrábamos en la habitación y se predisponía al juego.
¿Dónde está la frontera del sentimiento?
Mientras una persona está viva tiene sensaciones y hay que buscar la forma de llegar hasta ellas. El trabajo sigue su ritmo en un hospital gigante con una ocupación increíble. Muchos niños enfermos, cada uno con su problemática física y psicológica y nosotros avanzamos en este mar de dolor y estupefacción. Habitación por habitación, planta por planta, hasta acabar exhaustos seis horas después.El trabajo de payaso de hospital es una mezcla de diversos ingredientes. Coja algo de su experiencia teatral con niños, bastante de técnica de clown, algo de magia, mucha improvisación, un poco de música, mucho de psicología infantil y agítelo bien todo. Con este cóctel estará preparado para cualquier eventualidad...
Cogemos nuestros bártulos y nos vamos a nuestra casa con la marca del elástico de la nariz roja en la cara."